El principio del final

Llegamos al final del curso, que más que un final, después de este “desaprender” para aprender en torno a la igualdad; es un principio. Cada uno de nosotros, tenemos y debemos que incorporar a nuestra vida diaria, y no solo laboral este conocimiento que hemos adquirido.

Si me paro a reflexionar sobre qué puedo hacer para impulsar la igualdad en mi vida, tengo claro que, teniendo dos hijos, (una niña y un niño) como dije en la primera entrada del blog, era y es un tema que me preocupa mucho. Si de por sí la educación ya es complicada, hacerlo desde la perspectiva de la igualdad es un gran reto. Reto que intentaré hacer lo mejor posible. Porque incluso la televisión o los propios amigos dificultan esta igualdad cuando oyes: el color rosa es de niñas, jugar con muñecas es de niñas…

Y en cuanto a mi trabajo, por suerte estoy en un organismo relativamente pequeño, encantada con mis compañeros y como decimos, somos como una gran familia.

No obstante, recibimos información periódica del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación al cual pertenecemos relativa a campañas contra la violencia de género, por la igualdad…

Y tengo claro que, si tuviera conocimiento de algún caso de violencia o de desigualdad en mi entorno más cercano, primero informaría a dicha persona sobre la situación que por desgracia está viviendo, porque muchas veces no somos conscientes o no queremos serlo de lo que estamos sufriendo y le buscaría ayuda. Hoy día, LAS MUJERES NO ESTAMOS SOLAS como pasaba hace décadas, sino que cada vez más se invierte en políticas públicas en igualdad y contra la violencia de género. 

Por tanto, aunque finalice el curso, tenemos que seguir recorriendo este camino hacia una igualdad real y efectiva. Y no pararemos hasta que llegue el día en que se consiga.

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